En vista de mi proxima consulta con la nutricionista... en la que ya me veo peleando por el echo de no consumir carne pero si o si tengo que cumplir con esa cita, asi que me voy bien informada para no dejarme "achicopalar" por la doctora.
Vegetariana y embarazada: una combinacion armoniosa
El embarazo representa, en la mayoría de los casos una etapa muy feliz y de plenitud en la vida de una mujer. Sin embargo, también significa una etapa donde son frecuentes los miedos y las angustias, sobre todo por el desconocimiento de lo que realmente necesitan la madre y el futuro bebé.
La mujer embarazada vegetariana debe conocer como debe nutrirse, para que ella y su hijo vivan esta etapa única en forma saludable.
"Cuando experimenté mi primer embarazo y comunique a mi medico que era vegetariana, me dijo que era muy peligroso y que podria sufrir consecuencias graves al feto, como por ejemplo no tener desarrollo encefálico adecuado. Por supuesto, escuchar esto no es para nada agradable, sino sumamente preocupante. Me hice un proteinograma que arrojó un resultado satisfactorio, y consulté un nutricionista que me recomendó aumentar la ingesta de lácteos ademas de seguir consumiendo las verduras en forma variada. El resultado fue un niño sano al que le siguieron otros dos totalmente saludables, sin ningún tipo de problemas de salud"
Es bueno recordar que en el embarazo crecen las demandas, pero no para comer por dos ya que la cantidad no es lo que importa sino la calidad. Los cambios metabólicos que se producen en la madre y en el bebé en crecimiento producen en el organismo maternos demandas nutricionales adicionales, las cuales deben ser satisfechas mediante el aumento de la ingesta de algunos nutrientes.
Para cubrir los requerimientos adicionales del embarazo y la lactancia, la madre aumentará de peso, fundamentalmente durante el segundo y tercer trimestre de la gestación. Dicho aumento corresponde al peso del bebé, al peso de la placente y al aumento de tamaño de los órganos de la mamá (útero y mamas). Generalmente durante el primer trimestre no se observa un aumento de peso, la ganancia del mismo se produce durante el segundo y tercer trimestre dependiendo del peso previo al embarazo.
Las proteínas son esenciales para el desarrollo de las mamas y los glóbulos rojos de la sangre materna así como también para el crecimiento del feto, el útero y la placenta. Su mayor demanda ocurre durante la segunda mitad del embarazo. Las mayores fuentes de proteínas se encuentran en la leche y el queso. En menos proporción la contienen el trigo, arroz, cereales, fríjoles, garbanzos y nueces.
Los carbohidratos son muy necesarios porque proveen energía. Están presentes en los cereales, las pastas, las papas y el arroz. Las grasas son el combustible de nuestro cuerpo, son necesarias pero consumidas con moderación. La manteca, por ejemplo, aporta además vitaminas A y D.
Las vitaminas son escenciales. La vitamina A es fundamenta para el desarrollo de los ojos, huesos y muchos de los órganos internos del bebé. La vitamina D (junto con el calcio) es necesaria para el desarrollo del esqueleto y se obtiene con la simple exposición al sol. El grupo de vitaminas B, es muy importante para el crecimiento de los tejidos y se encuentra en el pan de tigro, leche, verduras de hojas verde y brotes de soja. El ácido fólico, uno de los componentes de la vitamina B, es esencial para el desarrollo de los glóbulos rojos de la sangre.
Los alimentos que lo contienen son los mismos que proveen el hierro: verduras de hoja, legumbres, cereales y jugo de naranjas. La vitamina B12, se encuentra sobre todo en la leche. Una embarazada debe beber un litro de leche diario. La vitamina C está presente en cítricos, frutas frescas, la mayor parte de las verduras de hojas verdes, tomates y papas. En una dieta balanceada, la embarazada debe consumir, al menos dos frutas diarias, una de ella debe ser un cítrico. La vitamina K que se halla en las verduras de hojas verdes y cereales, ayuda al desarrollo del mecanismo de coagulación de la sangre. Los minerales son necesarios para el funcionamiento apropiado del cuerpo, en particular el hierro y el calcio. El primero para la formación de la sangre y el calcio para la salud de los dientes y los huesos.
Para las embarazas que no consumen ni carnes ni leche ni huevos, las opiniones son muy encontradas.
Muchos especialistas sostienen que es imprescindible complementar esta dieta con suplementos proteicos y vitamínicos.
Sin embargo, opiniones muy autorizadas, como la del Dr. Benjamin Spock, ya fallecido, en la última edición de su libro Dr. Spock’s Baby and Child Care (considerado la “Biblia” del bebé), fue claro acerca de su opinión sobre la carne, los huevos y los productos lácteos:
“Si una madre bebe leche de vaca, lo cual yo no recomiendo, parte de las proteínas de la vaca serán transmitida a la leche materna, causando irritación en el estómago del bebé”.“La leche no-láctea, en particular la leche de soja, posee verdaderas ventajas sobre la leche de vaca y otros productos lácteos”.“La leche de vaca no es recomendable para los niños cuando están enfermos… ni cuando están sanos”.“Por supuesto, no hay nada de malo con la leche materna. Es perfecta para los bebés”.
“Contrario a la creencia popular, el hierro de la yema de los huevos es pobremente absorbido por los intestinos del bebé. [....] Los huevos no son necesarios para los niños”.
“Los niños que crecen sin desarrollar un gusto por la carne, las aves y el pescado, poseen una tremenda ventaja en su vida. [.....] [Estos productos] contienen grasa y colesterol que pueden contribuir a problemas de peso, enfermedades del corazón y algunos tipos de cáncer”.